La Bayamesa es un canto en himno escrito en verso. La publicación en prensa data de 1868, en El Cubano Libre de Bayamo. Perucho Figueredo compuso la música del himno, pero su origen es poético, pertenece a la poesía. Hay más: la composición poética no es solo de Perucho Figueredo, sino de varias manos más. La Bayamesa posee tres fases: la poesía en verso, la música y el canto. Estas tres fases conforman el himno. Se trata de un himno patriótico. Se trata además de un llamado simbólico a la fuerza del origen mediante la activación del alma bayamesa. Lo interesante de todo es que los versos del himno
toman presencia en varias fuentes y no en una. Es poesía en verso colectiva.
Nunca antes y después en Cuba sucedió semejante hecho.
Leyendo los versos de La Bayamesa, puedo confirmar que se construyeron mediante la activación del cuarto cuerpo, del arte, pero la realidad de sus imágenes y metáforas poéticas que se dibujan pertenecen inequívocamente al quinto cuerpo, al cuerpo espiritual, a la deidad Bayam. ¿Por qué en la poesía y no en otro medio de comunicación o manifestación cultural y artística? Téngase en cuenta que La Bayamesa es manifestación
resumen de una prologada búsqueda del origen, de la clave enterrada, de la risa universal, de la cual hemos hablado anteriormente.
Se tiene contacto con el origen a través de la poesía en verso, y La Bayamesa es una expresión indicadora de ese contacto. Recordemos lo dicho sobre La Bayamesa de Luz Vázquez. Considerémonos un contacto parcial, un vislumbre, un atisbo acerca de la clave y del significado simbólico que encierra el sonido Bayam.
La Bayamesa es la expresión cabal del objetivo de la poesía en verso, no de la poesía en acto. Si mirásemos detenidamente cada verso del himno veremos sin dificultad que
proceden de una totalidad la cual no puede ser comunicada como tal. La Bayamesa no es el significado del amor a la patria y el sentimiento de independencia. Estos son causales de realidades más profundas. Solo que hasta donde la expresión puede, la manifestación es en el sentido patriótico e independista. El canto esconde una realidad; sobre el
origen real del sentimiento de patria y de independencia.
La Bayamesa invoca a la muerte pero en un sentido simbólico de alto significado evolutivo de la conciencia. Detrás de esta manifestación está la muerte, la que José Martí llama “amiga y bienvenida”. En este sentido, la muerte es base del origen del sentimiento de patria e independencia. La muerte en los versos de La Bayamesa simboliza el quinto cuerpo sutil humano, el cuerpo espiritual donde yace el alma bayamesa. La Bayamesa es una revelación que únicamente puede ser manifestada por vía de la poesía en verso. La poesía es el medio eficaz de la comunicación en Bayamo.
Tal y como dije antes, Bayamo es poesía; y Poesía en este sentido es totalidad, algo que no es, pero es. Puede ser indicado con la palabra esa. Con esa se simplifica la cuestión en la revelación poética de que algo existe pero no puede ser descrito en su totalidad. La propia composición de la palabra lo indica: Bayam-esa. He explicado antes que Bayam es un
sonido cósmico, el sonido del silencio, del origen, de lo informe, de lo que Lezama buscaba expresar con su Sistema poético del mundo.
El prefijo esa constituye una expresión indicadora de la existencia de la conciencia, de la totalidad. Por lo que Bayamesa puede traducirse como un símbolo actual y contemporáneos de la existencia de la Conciencia, de la Poesía, de Dios, que en el algol de la masonería se le denomina Gran Arquitecto del Universo. Todo esto esta entrelazado, conectado desde principio a fin por la fluidez del alma bayamesa. La Bayamesa es
la construcción símbolo más cercano a nosotros del despertar, del arte de morir para renacer en el estado superior de conciencia; por eso este canto penetró con facilidad hasta el cuerpo sutil emocional del cubano y se constituyó en canto de amor.
Ahora bien, que pasa con el poeta que no se puede convertirse en la poesía; de suceder así, que el poeta se convierta en la poesía, ese himno no hubiese sucedido. Ellos fueron, Perucho, Céspedes, Fornaris, objetos de mediación entre la poesía y la humanidad. Ellos fueron utilizados por la existencia, por la poesía, como simple médium para comunicar
algo acerca de la clave enterrada. Ellos no son autores directo de La Bayamesa;
solo a través de ellos Bayam encontró el medio, el puente idóneo, la fuerza sutil activada, para comunicar ciertos fragmentos de la existencia y la totalidad.
Cuando Céspedes llega a San Lorenzo, no ha llegado a un sitio cualquiera. Ha invocado la muerte; ha mostrado que morir por la patria es vivir. Se ha preparado para regresar al origen. Ha descubierto que todo el sufrimiento se debe al temor a la muerte. Ha llegado a comprender que la muerte en sí misma no existe, es una falsa ilusión. El Diario perdido es el patrimonio cultural cubano por el cual el misterio del proceso de la formación del pueblo de Cuba, la cubanía, toma cuerpo pero al mismo tiempo se vuelve oculto. Con Céspedes se descubre la clave y con su muerte se esconde de nuevo. ¿Por qué? Porque la clave se desintegra al desintegrase los cuerpos sutiles que la comunicaron. Solo la clave vuelve a su estado anterior flotando en el espacio a través del cuerpo sutil espiritual de Céspedes. En el Diario solo quedan indicaciones, referencias, fragmentos del registro de esa totalidad.
La Bayamesa es un himno de veneración a la muerte, no en el sentido de morir físicamente, sino de morir como ego, de morir como falsa entidad humana para renacer, como dice Martí, como espíritu puro. Y en esos términos Céspedes se para ante la muerte, como el testigo observando la evolución y ayudando todavía a que el cubano alcance activar, como pueblo, los poderes del cuerpo espiritual. Ayudando a trascender. La risa ante la muerte es bella. Y ese es el significado profundo, oculto en La Bayamesa.