¿Y teóricamente, de dónde surgen las eras imaginarias?
Hay un factor a tomar en consideración: de una imagen puede surgir una era imaginaria. Es decir, una imagen puede dar lugar a una era imaginaria. ¿Cómo? Dependiendo de la lectura que pueda darse de una imagen. Si la lectura no es esotérica, hacia adentro, surge entonces una era imaginaria como mentalidad colectiva. Juega un factor básico de la historia. Las eras imaginarias dependen, en efecto, de una lectura colectiva en la que el pasado es la voluntad del inconsciente colectivo. Entonces, entre imagen e imaginario colectivo media la era imaginaria, un factor decisivo de unión.
Por ejemplo, alguien se le presenta una imagen, la patria; un poeta comunica la experiencia de esa imagen, pero un grupo colectivo la ve como un concepto, lo asume como imaginario colectivo, como fuerza moral de conducta. Aunque la imagen, la patria, es una experiencia reflejada para ese alguien, para ese poeta, sin embargo, para el colectivo que la obtiene no forma una experiencia, sino un concepto intelectual. Al pasar de una experiencia individual a un concepto colectivo, se hipostasia como una era imaginaria.
Si la imagen no es asumida en forma colectiva, en forma de concepto, de palabra, de
lenguaje, la imagen se mantiene oculta, sin ningún tipo de representación. La imagen la obtiene un poeta y queda en su experiencia, pero al comunicarse poéticamente – y ahí estamos en la esencia del funcionamiento de un sistema poético- se representa mediante un imaginario colectivo; se representa como un concepto. funge como un factor de la historia. La realidad de la imagen es transferida a un imaginario colectivo; es decir, la realidad entra en una fase irreal por el concepto representado. Entonces la era tiene efectividad.
El colectivo humano no sabe de donde viene el origen, su raíz, pero transporta su representación imaginaria de acuerdo a su lectura, a su punto de vista por medio de la tradición cultural. Ahí queda un suceso, un punto de arranque, por el cual el grupo cultura depende a lo largo de un tiempo -estructura historica- de un hecho. La imagen ya no es lo imaginado, sino representado como era. De este modo se obtiene la representación del nacionalismo en la imagen. Los nacionalismos representan eras imaginarias, pero la imagen del nacionalismo es un tanto individual, subjetiva. Martí crea la imagen nacional cubana, pero el pueblo es quien la representa como era imaginaria.