Mi trabajo es experimentar, realizar, vivir….no estoy interesado en ningún sistema de pensamiento

Estimado Ignacio:

Me sucedió una vez. Estaba preparando una charla sobre un tema de la cultura cubana para la cual antes no había estudiado lo suficiente. Para prepararme sobre ese  tema,  tenía
dos libros. Uno me decía una cosa, el otro contradecía lo dicho. Pero no sabía por cuál de las dos teorías expuestas en cada libro decidirme. Ambas teorías eran tan convincente, lógicas en sus postulados,   atractivas en su propuestas  que me resultaba  difícil decidirme por una. Me gustaban las dos. Entonces pensé que lo  más sensato era trabajar con las dos teorías al mismo tiempo.  Pero resultó un problema en la práctica: al ver que me  contradecía continuamente, me iba de un extremos al otro sin poder conciliar una idea, al final tuve que inventarme una propia, elaborar a partir de aquellas dos teorías una nueva.

Eso es lo que viene haciendo la filosofía con todos sus sistemas de pensamientos;  está inventándose  teorías, hipótesis, definiciones y conceptos sobre la base de los ya establecidos.  Es un modo de pensar sobre algo ya dicho. Y esto satisface una curiosidad: el trabajo intelectual.

Lezama escribe cientos de páginas sobre la poesía y establece un sistema de pensamiento sobre ello (sistema poético del mundo). Entonces deducimos en ello un sistema  y por consiguiente una estética, una teoría sobre el arte. Este modo de pensar intelectual una estética es lo que no me interesa. Me interesa un sentido de percibir el valor de la poesía, no sus hechos, no sus partes. Me interesa experimentar, vivir a través de la poesía, una
totalidad, no especular y deducir pensamientos estéticos. Me interesa la realización estética.

No veo ninguna contradicción y peligro en lo que digo. Es cuestión de intereses. A ti sobre lo especulativo, un modo de pensar abstracto sobre la estética y a mí un modo de experimentarla. Y ambas actitudes son válidas. Tú eres muy intelectual y yo soy muy práctico. Lo que digo no se sostiene a modo de pensar, pero lo digo. Yo quiero implicarme
con la poyesis y tú  alejarte, observarla y analizarla  desde afuera. Te interesa una teoría sobre el arte, a mí no. Yo quiero compartir a partir de la poesía algo y tú quiere  pensar sobre ella. Yo soy un romántico iluso y tú eres un clásico. Tú mente es estrictamente científica, matemática, abstracta, dada a comprender la estética en forma de sistema; eres un Aristóteles,  yo soy un niño que comienza a gatear, a preguntar cómo es que se realiza la poesía. No tengo conceptos establecidos. El poeta en actos es solo un pretexto para
expresarme.  De contradecirme, no ser   sistemático y coherente con las ideas, no es el punto. Como tú dices soy más bien inconsistente, pero  esa es la belleza, la beldad de la que parto.

Cuando critico a Lezama lo hago por cuestión de intereses. No es un deber filosófico criticarlo. El es muy intelectual. El quiere expresarse mediante una estética conceptual.  A través de sus textos nunca lo vi  enamorado de la poesía, excepto en aquel revelador final de la poesía El pabellón del vacío. Siento que iba a cambiar de intereses; se esperaba un cambio. Notaba un cansancio intelectual.

El hecho que tú veas  una contradicción a la hora de interponer lo moral sobre lo estético es cuestión de intereses. Tú deduces que hay moralidad dentro de mi proyecto estético y yo insisto es cuestión de intereses. El análisis intelectual tiende a ver las cosas por separada. Si yo digo como hacer las cosas dentro de una estética parto de  una cuestión también de intereses. Me interesa como fin ultimo la libertad. Librarme incluso  del trabajo intelectual.

Uno puede vivir en dos dimensiones, de hecho no creo que existan otras dimensiones posibles: vivir mediante el intelecto, a través de conceptos, memes, doctrinas es una vía, creo la más difundida y la otra dimensión es  por la dicha de realizar la existencia. Bayam puede sonar, en efecto, a doctrina religiosa pero es cuestión también de intereses. ¿Qué es lo que nos  ayuda a la liberación definitivamente? Si la estética de Lezama cumple con este requisito entonces vale la pena tomarlo en consideración. He tomado en consideración a Bayam como un pretexto también, porque me ayuda en determinados momentos a librarme del ego. Me creo imaginariamente que al representarme Bayam me salgo del ego. Realizo otra verdad. Es una técnica que en su momento explicaré. No es un concepto intelectual. Es algo para hacer, para realizar.

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Mi trabajo es experimentar, realizar, vivir….no estoy interesado en ningún sistema de pensamiento

  1. Ignacio T. Granados dijo:

    Muy bien, Callejas, si es como te lo decía, eso mismo es una estética; y también es posible una estética de la contradicción a partir de esa experiencia tuya, como es posible una estética del bien, del mal, del color verde o del café amargo. Ese no es el problema, sino que ya al constituirse como estética lo hace en su propia suficiencia, que es de donde extrae su legitimidad; pero por lo mismo se vuelve inútil en la crítica de cualquier otra estética, que le sería obviamente extraña, como si la tierra criticara a Marte por su falta de terrícolas. Es decir, el problema está en que no propones una cosa sino que criticas cualquier otra; asumiendo que Bayam es lo que es, pero sin explicar tampoco qué es eso que es Bayam. Ya te lo he comentado, creo que es un concepto interesante que podrías desarrollar; pero eso no es una crítica del poeta en actos ni de ninguna estética, al menos no de modo suficiente.

    Saludos

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s